PONENCIAS

Qué es una Ponencia?
Suelen ser trabajos breves, monográficos o no, que se destinan además a la lectura y discusión colectiva, que una persona
presenta ante algún evento de tipo científico: seminario, congreso, simposio, etc.Los organizadores de tales reuniones son quienes
definen el carácter que habrán de tener las mismas, según los fines que persigan y las condiciones prácticas existentes.
Qué es un Trabajo Investigativo?
Es un documento de trabajo, donde aparecen los resultados obtenidos en determinada fase de alguna investigación, el informe
final acerca de la misma o el producto de un equipo parcial de trabajo, que no permite abrir juicio acerca del carácter de la misma,
de su tipo o magnitud, ni de los propósitos a que se encamina.
Qué se define por Monografía ?
Es un trabajo que tiene la particularidad de versar sobre un tema único, bien delimitado y preciso. Por lo general, resulta un escrito
breve en el que se prefiere sacrificar la extensión de los asuntos a tratar en beneficio de la profundidad.
Qué se entiende por Tesis?
 Por tesis se entiende, al uso original del término, una proposición que puede ser sostenida o demostrada mediante pruebas y
razonamientos apropiados.
PONENCIA
Definición:
“La  ponencia  es  una  dinámica  (Comunicativa)  en  la  cual  el  ponente  hace  una  presentación,
comunicación o propuesta sobre un tema concreto el  cual,  muchas veces,  se somete al  examen y
resolución de una asamblea”.
http://www.lablaa.org/blaavirtual/ayudadetareas/espanol/espa101.htm
La estructura de una ponencia
 Cualquiera que sea el entorno en el que participa, es aconsejable que su ponencia se estructure en los tres
apartados clásicos de Introducción, Cuerpo y Conclusiones.
La Introducción tiene como objetivo principal el atraer la atención de la audiencia y preparar el camino
al mensaje principal. El ponente debe utilizar la Introducción para :
 Cautivar  el  interés de los oyentes y darles una visión del  tema que lo haga
atractivo.
 Dar  a los oyentes la información que juzgue necesaria a fin de que puedan
entender bien el cuerpo de doctrina que se expondrá a continuación.
 Hacer  los  agradecimientos  pertinentes  de  forma  breve  y  educada,
especialmente breves si está en una mesa redonda
El Cuerpo central es donde debe incluir el mensaje principal que desea transmitir al auditorio. El error
más frecuente por parte de ponentes no experimentados (y de algunos ya experimentados) es el de
querer transmitir a la audiencia todo lo que el ponente sabe sobre la materia. Si se cae en la tentación
de decirlo todo, la lluvia de información que hará caer sobre la sufrida audiencia será tal, que en muy
poco tiempo el ponente habrá conseguido el desinterés de la gran mayoría de oyentes. Tres o cuatro
ideas clave, repetidas dos o tres veces con diferentes palabras y desde diferentes perspectivas, deben
ser transmitidas antes de que el natural cansancio haga presa en la audiencia y disminuya su atención.
Es el momento decir cuáles son las aportaciones principales o más novedosas del trabajo realizado y
limitar el fárrago de datos experimentales a aquellos que son esenciales para substanciar lo que se
afirma. Se trata en esencia, de atenerse a lo más importante y recalcarlo. La Conclusión es también importante. Conviene indicar a los oyentes cuándo se ha entrado en la recta
final, cuándo se ha iniciado la conclusión. En la conclusión se incluirán frases breves y sucintas que
resuman lo expuesto,  digan porque es importante y qué aplicación práctica tiene.  Las conclusiones
deber corresponder a los objetivos o preguntas mencionadas en la Introducción.
Pasos previos:
Conocer suficientemente el tema que va a comunicar. Tener suficiente tiempo para prepararlo. Disponer del
adecuado soporte en marcos referenciales. Tener los objetivos claros de lo que se va a comunicar
Estructura de la ponencia:
Título: Permite realizar una ubicación temática al ponente y al público.
Resumen  (abstrac): Síntesis  del  trabajo  que  se  elabora  en  un  rango  entre  200  y  500  palabras.
Introducción: Tiene como objetivo principal el atraer la atención de la audiencia y preparar el camino al mensaje
principal. El ponente debe utilizar la Introducción para cautivar el interés de los oyentes y darles una visión del
tema que lo haga atractivo.  Dar  a los oyentes  la información que juzgue necesaria a fin de que puedan
entender bien el cuerpo de doctrina que se expondrá a continuación.
Contenido: Se  desarrolla  la  propuesta  en  sí,  hilando  los  componentes  teóricos  con  las  observaciones
realizadas, resaltando la pertinencia de lo expuesto con relación al objetivo central que guía el trabajo. Se debe
evitar  múltiples enumeraciones particulares o anecdóticas,  se recomiendan las generalizaciones y ejemplos
pero concretos. Se trata en esencia, de atenerse a lo más importante y recalcarlo.
Conclusiones: Conviene indicar a los oyentes cuándo se ha entrado en la recta final, cuándo se ha iniciado la
conclusión. En la conclusión se incluirán frases breves y sucintas que resuman lo expuesto, digan por qué es
importante y qué aplicación práctica tiene.  Las conclusiones deber corresponder a los objetivos o preguntas
mencionadas en la Introducción.
Nota: una ponencia que plantee avances de trabajos de investigación, de proyectos de impacto a la comunidad
o  de resultados  de observaciones  sistematizadas,  debe  contener  unos  referentes  teóricos  acordes  a  las
temáticas abordadas. Se citan siguiendo las normas Icontec para este caso, en pie de página en el  trabajo
escrito e igualmente se consolidan al final en los referentes bibliográficos.
Presentación:
Se debe realizar una observación previa del  lugar en el  que se va a presentar la ponencia para verificar el
espacio y las necesidades logísticas.
Si la ponencia requiere de ayudas audiovisuales, estas deben estar claras, sin mucha información y manejando
esquemas que sinteticen la información. No es bueno para un ponente que su audiencia se dedique a leer sus
soportes visuales y abandone la atención al discurso. Las presentaciones PowerPoint para una ponencia entre
10 y 15 minutos no deben ser mayores a 5 o 6.
Una ponencia es una propuesta que se hace para el debate en una reunión (por ejemplo, para un congreso).
Se concreta en la expresión de una o varias frases cortas (del tipo, por ej., debería dictarse una ley que diga tal
cosa)  y luego algunas páginas de fundamentación.  Es como un trabajo de investigación,  pero con alguna
conclusión o propuesta,  que sería la ponencia propiamente dicha y que puede estar  al  principio o al  final.
Generalmente se expresa al principio y luego se la funda, pero también podría ir a modo de conclusión. Si no te
satisface la respuesta, haga de nuevo la pregunta, con más comentarios
PROPUESTA DE PONENCIA
INDIVIDUALA. Datos de la ponencia
1. APELLIDO DEL(LA)
SOLICITANTE:
2. TÍTULO DE LA PONENCIA
3. DESCRIPCIÓN DE LA PONENCIA
4. JUSTIFICACIÓN DE LA PONENCIA. Incluya experiencia académica e institucional
5. COMISIÓN TEMÁTICA A INSCRIBIR LA PONENCIA
Primera opción Segunda opción
B. Datos del  (la) solicitante 
Apellidos Inicial segundo nombre Nombre
6. NÚMEROS DE TELÉFONO (INCLUIR CÓDIGO DE PAÍS Y ÁREA)
Oficina Fax Domicilio / móvil 7. DIRECCIONES
Dirección Física:
Dirección Postal Dirección electrónica @
8. AFILIACIÓN ACADÉMICA/INSTITUCIONAL
REQUISITOS PARA LA PRESENTACIÓN DE PONENCIAS.
A. REQUISITOS FORMALES.
Las ponencias deberán ser presentadas teniendo en cuenta los siguientes requisitos:
1. La ponencia no debe sobrepasar de seis hojas (6 hoj), tamaño carta, espacio de uno y medio (1.5), en
letra tipo arial 12 puntos. Las márgenes de cada hoja serán: superior 3 cm., inferior 3 cm., izquierdo 3
cm. y derecho 3 cm.
2. Las ponencias deberán versar  acerca de alguno de los núcleos temáticos.  El  texto de la ponencia
deberá indicar: Título de la ponencia, el núcleo temático en el cual se inscribe la ponencia y los datos
personales  del  autor: Universidad o entidad,  país  de residencia (Si  fuese en Colombia indicar  el
Departamento y el Municipio), los nombres y apellidos, la dirección, el teléfono y el correo electrónico
de o los ponentes.
3. Las ponencias pueden ser enviadas vía correo electrónico o vía correo físico. En todo caso la persona
que presente su ponencia podrá escoger el medio que más se le facilite. Las personas que envíen su
ponencia en medio físico deberán anexar copia magnética de la misma en CD.
4. Los correos electrónicos a los cuales se puede enviar la ponencia son ( dirección electrónica )  En caso
de que desee enviar la ponencia a través de correo físico deberá remitirse a la ( dirección completa )
Tels: (000) 000 00 00; Cel: 000 000 00 00.
5. Las ponencias pueden ser presentadas individualmente o en binas. En todo caso, si la ponencia es
presentada en binas se deberá indicar la persona encargada de hacer la exposición en el marco del
congreso.

B. DE LA FECHA LÍMITE DE PRESENTACIÓN.
La fecha o plazo límite para el envío de las ponencias es el DIA VEINTINUEVE (29) DE FEBRERO DE DOS
MIL OCHO (2008)  hasta las veinticuatro horas (24:00 horas).
Para las ponencias que hayan sido enviadas vía correo físico se tendrá en cuenta el día en que estas hayan
sido dispuestas en las oficinas del correo postal. La fecha límite para disponer las ponencias en las oficinas del
correo postal es el día DIA VEINTINUEVE (29) DE FEBRERO DE DOS MIL OCHO (2008)
Las ponencias enviadas con posterioridad a la fecha límite establecida no serán tenidas en cuenta y se excluirá
su evaluación.
Las ponencias que no cumplan con las exigencias establecidas en la relación de requisitos serán excluidas
 C. DEL COMITÉ EVALUADOR
 Las ponencias que hayan sido enviadas en el  plazo estipulado serán estudiadas por  un comité evaluador
integrado por las personas que conforman el Comité Curricular del Centro de Investigaciones y Estudios Socio
– Jurídicos de la Universidad de Nariño.  El  Comité Curricular  está integrado por  un representante por  la
especialización en Derecho Constitucional, un representante por la Especialización en Derecho de Familia, un
representante  por  la  especialización  en  Instituciones  Jurídico  Procesales,  un  representante  por  la
especialización  en  Instituciones  Jurídico  Penales,  un  representante  por  la  especialización  en  Derecho
Administrativo,  un  representante  por  el  cuerpo  profesoral  y  la  directora  del  Centro  de  Investigaciones  y
Estudios Socio Jurídicos.

D. DE LOS PARÁMETRO DE EVALUACIÓN
Se evaluará:
       Claridad conceptual (20 Puntos)
 Coherencia Argumentativa. (20 Puntos)
 Redacción (20 Puntos)
 Conocimiento (20 Puntos)
 Síntesis (20 Puntos)
Las ponencias que no hayan sido enviadas en el  plazo y bajo los términos estipulados se excluirán de ser
examinadas por el comité evaluador.

E. DE LOS RESULTADOS
Los resultados serán publicados el día MARTES  CUATRO (4) DE MARZO DE DOS MIL OCHO (2008) a las
dieciocho  horas  (18:00  hrs.)  Colombia  en  la  página  Web  de  la  Universidad  de  Nariño:
www.udenar.edu.co/cderechoc/  en el Link de Información.
De todas maneras el día  CUATRO (4) DE MARZO DE DOS MIL OCHO (2008) desde el correo electrónico
institucional le será comunicado a cada una de las personas que hayan presentado su ponencia los resultados
del examen realizado por el Comité de Estudio.

F. ADVERTENCIA.
 Los autores de las ponencias, en caso de que estas fuesen escogidas por el comité evaluador,  permitirán que
la  Universidad  de  Nariño haga  publicación  y  reproducción  de  las  mismas  en  las  memorias  que  nuestra
institución suministrará a los asistentes.  En todo caso se reconocerán los derechos legales de autor  de la
persona que elabore la ponencia.
Los autores de las ponencias escogidas se obligan a realizar una exposición o lectura de las mismas en un
espacio de tiempo no mayor a 10 minutos.  Se dispondrán,  para el  efecto,  los instrumentos audiovisuales y
logísticos necesarios. PONENCIA DE LUCÍA RAYAS SOBRE TORTURA CONTRA     MUJERES
Para leer esta ponencia en formato PDF, presiona ponencia-luciarayasmayo20081
Subyugar a la nación.
Cuando el cuerpo femenino es territorio de tortura a manos del estado.
Lucía Rayas
20 de mayo 2008
Presentado en la mesa “Género y violencia de estado:la represión hacia mujeres militantes y guerrilleras”
Introducción
La tortura es un tema cruzado por dos ejes contrapuestos: por un lado hay mucho que
decir y, por otro, no siempre se encuentran las palabras apropiadas para hablar del
tema, y lo que se calla produce un enorme silencio. Mucho que decir por los cientos de
testimonios, escritos o en espera, por las colecciones de denuncias impunes, por las
legislaciones nacionales e internacionales contravenidas, por resarcir la dignidad de
quienes la han sufrido. El otro eje, el silencio, proviene del pasmo ocasionado por lo
indecible de la experiencia; una “suspensión de la razón y el discurso” (DRAE, definición
de “pasmo”) para quien escucha un testimonio de tortura, que deja o puede dejar en
aislamiento a quien la comparte (Calveiro 2006: passim). Sin embargo, bien dice Pilar
Calveiro (2006), indecible pero no incomunicable. Se trata de un tema necesario. Hablar
de tortura no para “normalizarla” en el discurso como parece haberse normalizado en la
práctica represiva nacional, sino para llenarla de nuevo significado cada vez que se
denuncie y que a ninguna y ninguno de nosotras nos parezca nunca tan solo una palabra
más.
Esta presentación se organiza en torno a un núcleo: el análisis de la tortura a manos del
estado en general y, en particular sobre mujeres, con una mirada de género. Antes de
proceder a ese análisis, creo relevante mencionar un par de elementos históricos así
como explicar el título de la presentación (Subyugar a la nación). En cuanto a la parte
histórica:
En primer lugar, es relevante acotar que las prácticas ejercidas desde el estado en
contra de quienes considera demasiado peligrosos o subversivos se han llevado a cabo
en nuestro país en diversos momentos. Uno de ellos corresponde al periodo llamado de
Guerra Sucia –de mediados de los 60 a mediados de los 80- años de mayor poder de la
Dirección Federal de Seguridad, la policía política. Vale la pena recordar que las
decisiones se tomaban entre algunos personajes poderosos, y que se carecía por
completo de controles jurídicos o sociales que limitaran o restringieran sus acciones.
En segundo, el periodo corresponde, internacionalmente, a los años de la Guerra Fría,
que dividió al mundo en dos campos antagónicos. La Guerra Fría estipulaba e imponía
una serie de preceptos, entre los que se encontraba la adopción de la doctrina de
seguridad nacional y la lucha contra “la amenaza comunista” (aduciendo razones de
estado) que representa una “frontera ideológica” (Meneghini, 2006) al interior del propio
país. Esta doctrina fundamenta la vigilancia y represión de los propios ciudadanos al
identificar como enemigo interno en cada país a los partidos de izquierda, guerrillas y organizaciones antiimperialistas. El interés de los EUA en América Latina, que
consideraba su área de influencia y traspatio, se tradujo en capacitación militar y de
inteligencia, incluyendo entrenamiento en técnicas de contra-insurgencia y exterminio.
¿Por qué llamar a esta intervención “Subyugar a la nación”?
Cuando se representa a la nación se suele traer al imaginario una estampa de mujer.
Esto es, se recurre a la metáfora de la mujer como nación que tiene como contraparte la
idea del estado como un ente masculino. Explicaré sucintamente estas representaciones
de género para claridad posterior. La noción de estado, en la modernidad, se construyó
conforme a los derechos del hombre –entendido como tal y no como metonimia de
humanidad- en concordancia con un contrato social fundamentado en la “fraternidad
masculina” (Pateman, El contrato sexual). Las mujeres quedaron excluidas de este
contrato y de la ciudadanía inherente a él y los varones incluidos en su capacidad de
miembros y representantes de la familia. Así se conforma el estado. La nación, por su
parte, se refiere a la dimensión de la reproducción y continuidad –tareas de mujeres- en
los sentidos biológico, cultural y simbólico (Yuval-Davis, 2004: 68); con la diada
mujer/nación se evoca una unidad étnico-genealógica (Gutiérrez, 2004: passim). La
mujer/nación es la mujer que es tutelada por el estado. En nuestro caso, se trata de una
mexicana apegada a las características de género del nacionalismo sobre el que se
funda el estado-nación; una mujer que es depositaria de la “cultura nacional”. Además
de muchas otras características, esta mujer sería una buena madre que transmite las
tradiciones, educa y forma individuos útiles a la sociedad. Si bien esta noción de mujer
ha ido cambiando con los años, tanto para la sociedad como para el estado, su base
profunda permanece junto con las expectativas sobre el comportamiento femenino.
Como mujer/nación y como “madre de la nación” –su misión reproductora-, el cuerpo de
la mujer imaginaria (la idea de mujer) se vuelve el cuerpo de la nación. Se trata de un
cuerpo desexualizado y reglamentado. Los límites de su cuerpo deben protegerse como
símiles de las fronteras nacionales; ella guarda el honor y la moralidad. Las mujeres de
carne y hueso representamos, simbólicamente, a esa mujer imaginaria.
La tortura
a) deshacer el mundo y deshumanizar al sujeto torturado
En el texto Contra la tortura, de Subirats, Calveiro y otros, se dice “La tortura es un
instrumento de violencia destinado a destruir la integridad moral y física del ser humano,
a reducir su existencia a la expresión vital más degradada, anular su voluntad y disponer
enteramente de las personas y sus vidas bajo el arbitrio de los verdugos y las
instituciones estatales que la alientan y organizan” (hasta aquí la cita, p. 9). En otras palabras, la tortura intenta destruir la subjetividad de las personas, alienarlas de su
voluntad. Es un sistema que usa “técnicas agresivas de interrogación y métodos de
presión física y moral, mediante instrumentos eléctricos, químicos, físicos y psíquicos”
(idem). La tortura tiene como finalidad extraer confesiones y conseguir información,
infundir pavor en las personas, quebrantar su voluntad, castigarlas y mostrar el poder de
los perpetradores. Lograr, en suma, la sujeción de las personas.
La tortura sucede fuera del ámbito legal y somete a las personas a un aislamiento
social y a una orfandad en cuanto a derechos. A la persona se le somete a tormentos, en
especial durante los periodos llamados “de desaparición”, y se le exige información a
cambio de cesar la tortura. La iniciación de la persona detenida en esta maraña de
ilegalidad deja sus marcas en el cuerpo, sitio en que se actualiza el poder ilimitado de los
verdugos. Se trata de la puesta en acto de la dominación sobre los lugares más íntimos
del cuerpo y el espíritu humanos (ibid. pp. 9-10).
La aplicación de la tortura se extiende a aquellas personas o grupos –la familia, las
amistades, las y los compañeros- que puedan tener alguna información sobre
movimientos de resistencia, armada o no. Es un sistema de terror y dominación para
liquidar una voluntad colectiva. Busca destruir la confianza en sí mismos y en los
vínculos de solidaridad.
Históricamente la tortura se practica sobre aquellos que reconocemos como
“otros”, los que son distintos. Así se va alejando el problema del reconocimiento con un
semejante, pero no termina con él. Varias acciones se llevan a cabo para subrayar este
distanciamiento, todas tendientes a la deshumanización de la persona a torturar. Esto se
hace, en primer lugar, mediante operaciones ideológicas y órdenes verticales para
construir a las personas como “enemigo” o “traidora” o “terrorista”. En el caso de la
jerga de los años de la Guerra Fría, se construyó al comunismo como una epidemia que
había que erradicar … y a sus agentes (cualquiera que se organizara con fines libertarios
o democratizadores en ese medio de cerrazón política) como focos de infección. A este
distanciamiento ideológico siguen aquellos que se consiguen por medios físicos. Cubrir
los rostros de los torturados es una medida, por ejemplo, que cumple con este precepto,
y también con el objetivo de no poder reconocer posteriormente a los torturadores. Otra
medida es mantener a las personas sucias, con la misma ropa, subalimentadas, de modo
que se vaya construyendo una imagen de abyección. La condición subhumana en que se
coloca a “los subversivos” permite, así mismo, justificar su exterminio.
La tortura pues, deshace el mundo de las personas torturadas e intenta deshacer
su humanidad. Muchas veces involucra y tortura a terceros para quebrar a la persona
contra quien se actúa. Dentro de estas interacciones perversas se suma también la imposición de límites. Se ha documentado la participación de especialistas que señalan
el fin de la tortura –en ese momento-, de manera que se mantenga a la persona con vida
siempre que se suponga que aún tiene algo que el estado quiere.
Además, la tortura tiene también la finalidad de asentar un precedente: aquello
que se practica sobre un cuerpo-sujeto se vuelve un mensaje para todos (Calveiro, op.
cit., p. 23).
El dolor físico en general, incluido el provocado por la tortura, no sólo se resiste al
lenguaje, sino que lo destruye y revierte a la persona que lo sufre a un estadio previo al
lenguaje, a sonidos y gritos viscerales (Scarry, 1985: 4). En diversos testimonios se
menciona como algo peor que sufrir la tortura misma, escuchar cuando torturaban a
otros. No sólo se vuelve el dolor inexpresable y la humillación indecible, sino que la
experiencia acarrea memorias ubicadas en todos los sentidos. Volver a escuchar
imaginariamente los gritos y gemidos de las otras personas, asociar permanentemente
olores con la tortura, o colores o texturas, son temas recurrentes en la literatura
testimonial, por hablar de los más obvios. Quedan también los síntomas del stress posttraumático, incluyendo dificultad para relacionarse sexualmente, incontinencia,
reacciones de pánico, y otra gran cantidad de padecimientos.
b) feminización de los sujetos torturados y tortura sobre cuerpos de mujer
La tortura a las mujeres adquiere matices particulares. La objetivación que suele hacerse
de los cuerpos femeninos en la sociedad, adquiere renovada fuerza en la tortura. En el
caso de las mujeres militantes y guerrilleras, esta potencia proviene de al menos dos
fuentes: por un lado se castiga a las mujeres por atreverse a retar el orden, por romper
los dictados que su identificación con la nación le exige y enfrentarse al estado que en
teoría las protege. Por otro porque, al unirse a una movilización social, dejan de lado su
misión de género tradicional, alejadas del ámbito doméstico para volverse actuantes en
la esfera pública. Literalmente se insubordinan ellas, las por definición subordinadas. Se
atormenta entonces el cuerpo idealizado de la madre-patria –de quien todos y todas
somos hijas- pero también, a nivel simbólico, el de la madre, la esposa, la hija, la
hermana, razón por la que se vuelve más importante aún deshumanizar a esa persona.
Se ocupan, para infligir dolor en las mujeres, todas las técnicas que se usan en
hombres: golpes, choques eléctricos, simulaciones de ejecución, amenazas de muerte,
ahogamiento en aguas sucias, sofocamientos (AI, 2001), además de una serie de
tormentos dirigidos en específico a esferas de vulnerabilidad de género. Entre estas
torturas podemos nombrar actos de violencia sexual tales como manoseos constantes, el
uso de lenguaje sexualmente ofensivo, violaciones rutinarias y violaciones multitudinarias. No podemos dejar de lado que la violación representa la puesta en acto
del poder patriarcal y que constituye un atentado con ecos múltiples, ya que confirma la
posesión de una y la afirmación del otro. La violación daña a las mujeres en su más
profunda intimidad. Cuando el ultraje a las mujeres se comete frente a su pareja o a
miembros de su familia, este adquiere un relieve especial porque supone que los
presentes no pudieron protegerla, al tiempo que expone el honor de la pareja o la familia
que imaginariamente la mujer porta.
A las mujeres también se las tortura con amenazas de actuar –o con acciones de
hecho- contra los hijos e hijas o madres y padres, como ataque a las relaciones filiales y
a la estructura familiar de la que la mujer se supone eje. Son situaciones potencialmente
enloquecedoras como lo son también las torturas a mujeres embarazadas que incluyen
manipulaciones psíquicas sobre el futuro de la criatura que llevan en el vientre.
Uno de los resultados de la tortura sobre mujeres embarazadas, bien
documentado por Amnistía Internacional y patente en los relatos de algunas
sobrevivientes mexicanas (Armendáriz, s.f.:114-9), es el efecto a mediano o largo plazo
de la tortura sobre los hijos y las hijas de estas mujeres. Amnistía Internacional reconoce
trastornos emocionales en quienes sufren abuso antes del nacimiento, y encontró
múltiples casos de esto entre personas que nacieron en la década de los 70 en América
Latina, cuyas madres estuvieron en detención. Estos trastornos muchas veces son
irreversibles.
En algunos de los testimonios del periodo de la guerra sucia en México se
menciona haber sido secuestradas y/o torturadas en su propio hogar a manos de
agentes policiales (buscar referencia en libro de I Encuentro). Esta invasión al mundo
privado violenta la intimidad de maneras inimaginables. Permanecer atada a los muebles
de tu casa, que te amaguen con tus implementos cotidianos y que te sometan en
territorio conocido representa una alienación respecto de lo que una considera el ámbito
de protección por excelencia. Otra manera de deshacer el mundo.
Sobre las mujeres se potencia y actualiza el poder patriarcal del estado, pero también su
poder viril, ya que la tortura inherentemente refuerza la pasividad de las mujeres a
quienes somete. En este sentido, el de la pasividad forzada, la impotencia y la
dependencia del otro, la tortura feminiza imaginariamente también a los hombres. La
puesta en acto de la tortura sobre los cuerpos de personas –hombres y mujeres- afirma
la masculinidad de los torturadores en la producción de dolor y sufrimiento. Tienen el
poder para reducir al otro o la otra en víctimas pasivas, cuerpos a ser penetrados (Jelin,
1999: xx).Reflexiones finales
La doctrina de seguridad nacional impuso una visión amplia del enemigo en la
que se incluía no sólo a personas de los movimientos armados, sino también a
todos aquellos que difundieran ideas que van contra el concepto de sociedad
nacional que tiene el régimen. Además, desde el punto de vista del estado, las
mujeres que hacen política, y más las que desafían al estado en esta actividad,
trastornan el orden de género. Se alejan de la unidad mítica de las comunidades
nacionales imaginarias. Su participación en movimientos sociales mete en contradicción
los supuestos atados a la dupla estado/nación, en la que el primero, patriarcal, protege y
tutela a la segunda, quien garantiza la estabilidad y continuidad de un nosotros definido
y limitado por contornos que implican comportamientos prescriptivos. El castigo que el
estado impone a este desvío tiene también la finalidad de restablecer el orden de
género. Un sometimiento brutal como lección ejemplar por rebelarse.
La tortura atropella la dignidad y la vida humana, y por eso está prohibida de
manera absoluta en la mayor parte de los países del mundo. La dignidad es un derecho
de cada ser humano. Cuando el torturador destruye la dignidad de la víctima destruye
también la suya propia; es un comportamiento inhumano. Dice Castresana, Fiscal del
Tribunal Supremo de España, que el respeto ilimitado por la dignidad humana marca la
frontera entre la civilización y la barbarie; la práctica de la tortura contamina toda la
estructura legal y a sus representantes (Castresana, 2006:79). La falta de voluntad
política de castigar a los responsables de la tortura crea un clima de impunidad que
alienta a que se comentan más abusos de los derechos y la dignidad humanos.
Bibliografía
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Meneghini, Mario (2006), Doctrina de seguridad nacional y guerra antisubversiva,
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Yuval-Davis (2004), “Género y nación”, en Gutiérrez Chong, Natividad, Mujeres y
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